
27 de julio
1972 Se celebra en nuestro país el Día del Antropólogo.
La fecha fue establecida con el fin de conmemorar la fundación del Colegio de Graduados en Antropología, el 27 de julio de 1972.
La antropología fue resistida en muchos círculos académicos e intelectuales de la Argentina. La esencia crítica de su método, la separación de los preconceptos y prejuicios de una sociedad de la mente del analista o bien la indagación de los de otros, permite que esta disciplina despierte nuevas formas de ver el mundo, a veces con gran poder transformador y con carácter revolucionario.
Su importancia no se encuentra solo en el estudio del otro, del desconocido, sino también este recorrido conceptual implica una mirada de uno mismo, en tiempo y espacio, siendo esta condición la que le otorga a esta ciencia una importante visión holística e integral de la vida y la producción de los hombres, sin importar fronteras culturales.
Curiosamente, una disciplina que surge hacia mediados de 1860 en Europa y Estados Unidos. La comprensión del otro en un mundo colonial invitaba a examinar las culturas en forma minuciosa, seleccionando rasgos culturales que fueron tomados como importantes muestras del desarrollo evolutivo del hombre en la Tierra. La generación de estos conocimientos tuvo diversas aplicaciones, no todas santas, por cierto, pero gracias a estos trabajos de pioneros, hoy en día se sabe acerca de muchas tradiciones y rasgos culturales de pueblos que hoy ya no están entre nosotros o bien esta valiosa información sirve de identidad cultural para pueblos bajo permanentes reivindicaciones de su condición ante situaciones conflictivas.
El primer congreso de Antropología en la Argentina fue llevado a cabo en 1983, mucho tiempo después de haberse institucionalizado la carrera en la Academia. Muchas veces prohibida por gobiernos de facto, la carrera es hoy una de las ofertas académicas y laborales elegidas por jóvenes que desean una sociedad sin fronteras, con identidad, justicia y conocimiento de su existir y proyección en su porvenir.
Por esta razón, antropólogos celebran su día pensando en un mañana, sin olvidarse de nuestro pasado, transformando el presente.
Equipo Argentino de Antropología Forense
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) es una organización científica, no gubernamental y sin fines de lucro que aplica las ciencias forenses -principalmente la antropología y arqueología forenses- a la investigación de violaciones a los derechos humanos en el mundo. El EAAF se formó en 1984 con el fin de investigar los casos de personas desaparecidas en Argentina durante la última dictadura militar (1976-1983). Actualmente, el equipo trabaja en Latinoamérica, África, Asia y Europa en cinco áreas programáticas:
* investigación
* entrenamiento y asistencia
* desarrollo científico
* fortalecimiento del sector
* documentación y difusión
Aplicando la antropología forense y otras ciencias relacionadas, el EAAF intenta recuperar e identificar los restos de víctimas de violaciones a los derechos humanos, restituirlos a sus familiares y brindar a la justicia y comisiones investigadoras los resultados del trabajo forense. Durante todo el proceso de investigación, el EAAF trabaja en estrecha colaboración con testigos y familiares de las víctimas. A través de este trabajo se busca aportar información sobre las violaciones a los derechos humanos y derecho humanitario; contribuir a la búsqueda de la verdad y la justicia, y a la reparación y la prevención de estas violaciones.
1819 San Martín emite la Orden General: Seamos Libres y lo demás no importa nada
Luego de regresar a Chile desobedeciendo la orden del Directorio de reprimir a los caudillos populares del Litoral, San Martín emite la Orden General el 27 de julio de 1819 que pasó a la historia como un grito de libertad. Mirá los videos.
Siempre fiel a sus principios de no intervenir en las contiendas civiles, San Martín arenga al Ejército de los Andes mediante una orden general.
En la misma insta a sus compañeros a no deponer las armas y proseguir con la guerra por la independencia «hasta ver el país enteramente libre o morir con ellas como hombres de coraje». «A la guerra la tenemos de hacer del modo que podamos -dice San Martín-: si no tenemos dinero, carne y un pedazo de tabaco no nos tiene de faltar: cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos trabajen nuestras mujeres, y sino andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios: seamos libres, y lo demás no importa nada…».
1976 El Apagón de Ledesma
El 27 de julio de 1976 la dictadura cortó el suministro eléctrico en todo el departamento de Ledesma, provincia de Jujuy, para así poder secuestrar unas 400 personas.
La noche del 27 de julio de 1976 se cortó el suministro eléctrico en todo el departamento de Ledesma, provincia de Jujuy, mientras policías, gendarmes, militares y capataces de la empresa Ledesma allanaron y saquearon viviendas en Libertador General San Martín y Calilegua. En vehículos de la empresa se trasladaron más de 400 trabajadores, estudiantes y profesionales a galpones de mantenimiento del ingenio azucarero, donde permanecerán días y meses atados y encapuchados. Tras las torturas e interrogatorios, algunos prisioneros son liberados o enviados a comisarías y cuarteles militares, otros destinados a cárceles de distintas provincias.
Treinta permanecen desaparecidos. El médico Luis Arédez, intendente de Ledesma y esposo de Olga Márquez de Arédez, fue uno de los secuestrados-desaparecidos. Desde entonces Olga, junto a sus cuatro hijos, llevó adelante una lucha incansable en la ciudad de Libertador General San Martín, acompañada por Madres de Plaza de Mayo y muchos vecinos que no olvidaron quien fuera intendente y defensor de los derechos populares.