Un libro de pases con más rumores que certezas
Por Rody Rodríguez

Hace algunos meses la decisión de ocho intendentes de agruparse y formar un espacio político en la provincia de Buenos Aires generó un sinfín de especulaciones. Primero se dijo que creaban un polo de poder político autónomo a las decisiones de los gobiernos nacional y provincial, luego que se trataba de un grupo adverso al kirchnerismo, más tarde que eran el círculo que impulsaba la candidatura de Sergio Massa (uno de esos intendentes) a la gobernación bonaerense.
Eso hacía suponer un enfrentamiento con el gobernador Daniel Scioli, pero rápidamente se filtró que la especulación verdadera era que Cristina Kirchner no se presentara a la reelección, creciendo las posibilidades de Scioli de ser el candidato a presidente y dejando llano el camino para que Massa pueda competir por la primera magistratura bonaerense.
El grupo de los 8, también llamados intendentes díscolos, se conformaba con el citado Massa, más Pablo Bruera de La Plata, Luis Acuña de Hurlingham, Gilberto Alegre de General Villegas, Sandro Guzmán de Escobar, José Eseverri de Olavarría, Joaquín de la Torre de San Miguel y Jesús Cariglino de Malvinas Argentinas.
De a poco, la solidez mostrada por ese grupo de intendentes, se fue resquebrajando. Bruera, despreciado por el kirchnerismo se acercó a Scioli y abandonó sus sueños provinciales, Eseverri se concentró en cuestiones más lugareñas, mientras Massa empezó a pergeñar la posibilidad de enfrentar a Scioli en la interna del 14 de agosto. Ese plan, impulsado por dirigentes como Juanjo Alvarez, Juan Amondaraín y legisladores provinciales como Gabriel Villegas y D’onofrio, tuvo un promotor impensado como el dirigente gremial Omar Viviani que señaló que la CGT veía con buenos ojos la candidatura de Massa en desmedro de Scioli. «Va a ser candidato en la interna por el peronismo y creo que ganamos», dijo el taxista.
Inmediatamente, Acuña marcó diferencias y puso en claro su apoyo a Scioli, Cariglino y De la Torre hicieron lo mismo.
Acuña no dio vueltas a la hora de marcar su posicionamiento: «Yo voy a militar para que el gobernador de la Provincia pueda ser reelecto y voy a militar para que el gobierno nacional continúe ejerciendo la gobernabilidad de Argentina».
El apoyo de Viviani fue un salvavidas de plomo y a las pocas semanas, luego de realizarse el Congreso del PJ provincial, Massa declinó su candidatura.
Portazo de Cariglino
Ya abortada la posibilidad de que Cristina Kirchner no sea nuevamente candidata a presidente, Cariglino aceleró sus acuerdos con Eduardo Duhalde. Su antikircherismo le impidió hacer cálculos electorales y antes de ponerse a pensar en los pro y contra de abandonar el oficialismo, decidió “saltar”.
La decisión de Cariglino fue vista por la oposición como el inicio de una sangría que el Frente para la Victoria tendría en el conurbano. Así, como si se tratara de un libro de pases previo a un torneo, se aseguró que las huestes de Duhalde, sumaría a otros intendentes como Acuña y De la Torre y hasta un ministro del gabinete sciolista como Baldomero Alvarez de Olivera de Desarrollo Social y ex hombre fuerte de Avellaneda.
La desmentida de Acuña
Sin perder tiempo el intendente de Hurlingham, Luis Acuña dijo a El Ciudadano: “No me voy y me sorprende que hablen tanto de mi, yo soy muy verticalista yo juego siempre dentro del peronismo” y agregó: “El peronismo está acompañando al gobierno nacional, al gobierno provincial por lo tanto yo voy a seguir jugando en el mismo espacio que jugué toda mi vida”. Por su parte, otro hombre de Hurlingham, el diputado provincial y operador de Massa, Gabriel Villegas, fustigó a Cariglino y dijo: “Lo de Jesús es inexplicable; primero lo traicionó a Sergio (Massa) y ahora a Daniel (Scioli)” y agregó que “Cariglino no es una voz autorizada para hablar de Sergio Massa; y espero que otros compañeros no cometan el mismo error que él”.
Scioli reagrupó a tropa
Confirmado el portazo de Cariglino, el gobernador no quiso más sorpresas, y convocó con urgencia a los intendentes que los medios de comunicación mencionaban como próximos a Duhalde. Así, en el despacho de la Casa de Gobierno provincial, Daniel Scioli se reunió con los ex díscolos del grupo de los 8, Sergio Massa, Luis Acuña, Joaquín de la Torre y Sandro Guzmán. Antes se había reunido con Gilberto Alegre, otro díscolo.
Lo más importante de la reunión fue la foto, que demostraba que como pasa siempre cuando está abierto el libro de pases, son más los rumores que las concreciones, y que en el equipo del gobernador seguían jugando los mismos que siempre se mencionan como posibles refuerzos del equipo contrario.