
Un nene de 9 años fue violentamente torturado por la Policía de la provincia de Buenos Aires. Sucedió en Mar del Plata, cuando Matías jugaba en la vereda de su casa con su hermano de 12 años con dos pistolitas de plástico.
Cabe destacar que Canela, la madre del nene, es militante de la APDH Nacional, reconocida activista contra el gatillo fácil de esta ciudad.
Un oficial de policía que circulaba en un patrullero se detuvo al verlos, se bajó y comenzó a golpearlo brutalmente mientras lo ahorcaba con una remera. Al escuchar los gritos de su hijo, la madre salió de su casa y lo encontró tirado en el piso, mientras el agente continuaba con los golpes y lo reducía.
El nene exclamó “es de juguete”, “es de juguete” y les mostró los balines de plástico amarillo. Pero la policía no terminó la sesión de tortura. El nene padece una discapacidad madurativa.
Los vecinos intervinieron exigiendo que lo soltaran. La madre de los chicos salió y vio a su hijo al borde de un brote, tirado en el piso y atormentado por los uniformados. Ella se los arrancó de las manos, mientras los oficiales se burlaban de ella.
Canela, la madre del chico torturado radicó la denuncia ante “la Defensoría del Foro Juvenil asistida por la Comisión Provincial por la Memoria”, y destacó “tengo mucho miedo por mis niños”, ya que un efectivo le lanzó: “Agradecé que no saqué el arma”.
Cabe destacar que Canela es militante de la APDH Nacional, reconocida activista contra el gatillo fácil de esta ciudad y, recientemente, participó de la Carpa del Hambre que instaló una olla popular frente al municipio en reclamo de alimentos.
Ante la intervención, el uniformado se dirigió a la mujer para amenazarla: “agradecé que no me bajé del auto con el arma”. Y responsabilizó del hecho a la mamá: le dijo que tenía que enseñarle al nene que no se debe apuntar a un policía. “Las armas de juguete no están prohibidas ni es delito jugar con ellas, cuestión que parece desconocer el agente público”, aclararon desde la Comisión Provincial de la Memoria (CPM), que repudió lo sucedido. La paliza le produjo a Matías varias heridas y excoriaciones. La excusa esgrimida desde la comisaría es que se trató de una “acción protocolar”.
“Vemos con enorme horror lo que pasó. Pero no podemos decir que genere sorpresa porque sabemos que la brutalidad policial es moneda corriente en el territorio, y es algo que venimos denunciando desde hace años”, le dijo a PáginaI12 Roberto Cipriano García, secretario de la CPM. “Lo que indigna especialmente en este caso es que se trata de niño que además tiene una discapacidad”. Matías es un niño de contextura pequeña, “que nadie podría confundir con alguien mayor, es especialmente menudo”.
Para Cipriano García la violencia institucional en este caso viene acompañada de un elemento especialmente “atroz desde lo simbólico, que es que eran chicos jugando en la vereda”. Y agrega que lo que pasó es inconcebible pero a la vez tiene sentido si se lo interpreta pensando en “esas constantes habilitaciones que el poder político está lanzando desde los medios y en sus declaraciones. Si el Presidente justifica a un policía que mata por la espalda, las fuerzas policiales leen ese mensaje y eso se traduce en acciones como éstas”. Es decir, que el poder político es responsable de hacer apología de estos delitos, que son violaciones a los derechos humanos. La sensación que esto genera “es que nadie está a salvo de la violencia de las fuerzas”.
La CPM acompañó y asesoró a la madre de Matías, una conocida organizadora de actividades contra la violencia policial en Mar del Plata y militante social por los derechos humanos, para hacer la denuncia penal, que fue canalizada a través de la Defensoría Pública. Y el lunes presentarán también una denuncia ante la Auditoría de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad Provincial, además de otras medidas para la protección de la madre y el niño, que tiene una discapacidad intelectual. “La verdad es que estamos evaluando si conviene, por ejemplo, pedir custodia porque nos preocupa especialmente cuáles puedan ser las reacciones de las fuerzas ante estas denuncias”. La mamá del niño “está, por supuesto, muy asustada en este momento”, le indicó Cipriano García a este diario.
El niño también se encuentra muy afectado psicológicamente, llora permanentemente y tiene miedo de salir a calle. Tiene heridas y excoriaciones provocadas por los golpes, el arrastre y ahorcamiento que sufrió. Todo esto constituye para la CPM torturas y malos tratos “que deben investigarse y sancionarse de manera urgente”.