
CAPITAL FEDERAL- «Es un tema urgente” para el país ante desafíos como el lento crecimiento económico y la pobreza sobre casi un tercio de la población, manifestó la reina de los Países Bajos.
“Los desafíos específicos que enfrenta Argentina hace que la inclusión financiera sea un tema urgente. El crecimiento económico sigue siendo lento; alrededor de un tercio de la población vive en la pobreza; sólo 50 por ciento de los adultos usa algún tipo de servicio financiero formal, y el ahorro para individuos y empresas está muy por debajo de los promedios regionales”, evaluó Máxima esta tarde en una sesión académica en la Universidad Católica Argentina (UCA), de donde egresó hace 20 años como economista.
Pese al diagnóstico, la asesora especial de las Naciones Unidas, destacó su conocimiento del país y enfatizó que “Argentina está en perfectas condiciones de revertir esta situación”, tras destacar como “herramienta esencial para avanzar en el desarrollo” a la inclusión financiera, el tópico de la conferencia que brindó a decenas de estudiantes, acompañada por el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, el rector de la UCA, Víctor Fernández, y con sus padres, Jorge Zorreguieta y María del Carmen Cerruti, sentados en la primera fila del auditorio.
La soberana explicó que la inclusión financiera abarca una combinación de instrumentos, como servicios accesibles para el ahorro, realización de pagos, seguros, y créditos, que requiere de una amplia red de proveedores, “es una prioridad universal”.
De acuerdo con datos que mencionó, en la Unión Europea hay 58 millones de personas que “no tienen una simple cuenta, y en Estados Unidos el 28 por ciento de la población, o sea 88 millones de personas, o no están bancarizadas o tienen servicios bancarios insuficientes”, lo que “los deja muy vulnerables a shocks externos y tienenque recurrir a proveedores de financiamiento muy caros”.
Al referirse a las condiciones en Argentina para desarrollar la inclusión financiera, Máxima relevó la importancia de “tener una estrategia nacional”, constituir “un consejo de coordinación que incluya al sector privado” y tener como fundamental a la tecnología digital que “permite bajar los costos a niveles que las personas de más bajos recursos puedan acceder”.
“El uso de las finanzas digitales podría incrementar el PBI de las economías emergentes en un 6 por ciento y crear casi 95 millones de nuevos empleos en 2025”, resaltó.
Al respecto, evaluó que Argentina ya cuenta con varios pilares para desarrollar la inclusión financiera, como su sistema nacional de identificación, que alcanza 90 por ciento de población; la creciente conectividad en internet, que cubre la mitad de los hogares; infraestructura que cuenta con una reciente reforma regulatoria para alentar la innovación, y ser “uno de los pocos países que logró la equidad de género en el sistema financiero”.
Entre las asignaturas pendientes, Máxima mencionó “la cobertura de red de puntos de servicio para facilitar las transacciones hasta los poblados más pequeños”, “lugares donde los consumidores puedan colocar su dinero en el sistema digital, como pequeños negocios interconectados con los bancos” y “una buena red de agentes bancarios”.
La reina puso énfasis en la necesidad de acceso al crédito de las pymes, que en Argentina “representan el 50 por ciento del PBI y generan 70 por ciento del empleo” pero tienen “un nivel de crédito de 3 por ciento del PBI, el valor más bajo de toda la región” .
Máxima apuntó a “aumentar el conocimiento de las entidades financieras” como condición esencial, “tener buena infraestructura” y hacer uso de grandes bases de datos, para avanzar hacia la inclusión financiera, “sin la cual el desarrollo no es posible”.