LA MATANZA/ MONTE GRANDE/ PILAR- Hay 13 detenidos. Son sospechosos de varios robos de camiones durante al menos los últimos 10 meses. Por su peligrosidad les pusieron “Los Reyes del Asfalto”
Son los autores de un asalto del que fueron víctimas los ex policías federales Héctor Osvaldo Goncalvez y Diego Ángel Díaz el l 7 de septiembre de 2016 cuando custodiaban un camión que trasladaba ropa Lacoste por el Acceso Oeste. Allí seis hombres y cuatro autos de alta gama, cruzaron al camión en la ruta y comenzó una balacera. Los dos custodios terminaron agonizando hasta morir en el hospital de Luján: a Goncalvez (50) le dieron en el cuello y en el rostro y a Díaz (48), en el pecho y en uno de sus brazos. Goncalvez no era una víctima más: había sido uno de los custodios del fiscal Alberto Nisman, y debía declarar todavía en la causa de la muerte del investigador de la causa AMIA.

Después de 14 allanamientos en lugares como La Matanza, Monte Grande, Ezeiza, San Martín, Pilar y Capital, entre otros, la Policía detuvo a 13 sospechosos de integrar esta banda, que tiene en su prontuario golpes pesados. Serían ellos los que participaron en varios robos de camiones con ropa de marca o elementos electrónicos y hasta uno repleto de trigo.
Las autoridades policiales que les nace ante los grandes trabajos, bautizaron a la banda como «Los Reyes del Asfalto». «Usaban armas automáticas FAL, ametralladoras, tenían una flota de vehículos, chalecos antibalas, inhibidores satelitales y mucho dinero al servicio del delito», comentó a este medio una fuente del caso, y detalló que la suma de los billetes dio alrededor de 2 millones de pesos.
Los prófugos venían siendo seguidos por la Policía a partir del pedido de varias fiscalías desde el 24 de junio de 2016, incluso con escuchas telefónicas que los comprometen.
La banda operaba con la técnica de todo grupo dedicado a la piratería del asfalto. Manejaba información de horarios de salida y recorrido de los camiones. Y activaban sus golpes en vehículos robados, con los que atracaban los camiones, reducían a los choferes y custodios y se los llevaban a lugares alejados mientras otros integrantes trasladaban la mercadería robada hacia algún galpón definido de antemano. De allí la sacaban en autos pequeños y poco llamativos y la guardaban en un depósito hasta distribuirlo en el mercado negro.
Pero aquella mañana de septiembre el trabajo no salió como se había planeado. Después de matar Goncalvez y Díaz, empleados de la empresa de seguridad ASIPROF, tuvieron más problemas. El camión Scania de la empresa «Metropolitana» con ropa Lacoste que acaban de conseguir se detuvo solo, gracias a un sistema de seguridad electrónico, que cortó el suministro de combustible a distancia.
Los asaltantes tuvieron que abandonarlo en el partido bonaerense de General Rodríguez.