
Un cinematográfico procedimiento policial el 14 de abril pasado, que incluyó despliegue de móviles, policías encubiertos y horas de inteligencia policial previa, culminó con la detención de Matías Faray por tenencia y presunta comercialización de marihuana y el secuestro de la módica suma de 25 macetas con marihuana, semillas, palas y elementos de jardinería que el joven utilizaba para cultivar y cosechar sus plantitas de cannabis, como cualquier otro vecino podría haber usado para sus aromáticas o morrones. Y la comparación no es irónica porque Matías Faray cuidaba sus vegetales para consumo propio y esto era reconocido públicamente por él ya que es miembro reconocido de la Agrupación Cannabicultores del Oeste y principal referente pro legalización de la marihuana.
Sin embargo esto los policías no lo sabían. Nunca lo habían visto en televisión a pesar de que, por ejemplo, Víctor Hugo Morales lo entrevistara en su programa Bajada de Línea, tampoco quienes realizaron la investigación que terminó con su detención escucharon su discurso frente a cientos de personas en las escalinatas del Congreso de la Nación en el que dijo: “Activen ya, cultiven. No compren en el mercado negro, no alimentemos el narcotráfico”.

Los pesquisas seguramente no leen THC donde Faray se mostró públicamente en su casa con sus compañeros de asociación en una nota de tapa que contó con la ilustración del dibujante Miguel Rep. Claro que este operativo contó con la autorización de la Jueza Mónica López Osornio la misma que benefició al cura pedófilo Julio César Grassi con un régimen de libertad morigerada.
Pero claro, Matías no es sacerdote y su aparición en los medios puede ser percibida solo para gente muy informada. Matías es, en realidad un chico normal, barbudo, que trabaja hace diez años en la misma zapatería, que tiene sus convicciones y no las esconde, las defiende donde sea y que defiende los tratamientos a base de medicinas derivadas de las plantas porque su propia madre tiene una enfermedad terminal y recurre a sus propiedades.
Luego de quince días privado de su libertad en una celda común y de varias notas publicadas en diarios de difusión masiva sobre la increíble detención, los fiscales y la Jueza decidieron escuchar su versión de los hechos. Dicen que Matías dio una clase magistral de cultivo, habló de sus propiedades medicinales y afirmó que está comprometido con la causa de la despenalización. Luego de esto le dieron la libertad extraordinaria aunque sigue procesado con la misma carátula. A Matías lo procesaron por violar el inciso A del artículo 5 de la Ley 23.737 que reprime con “reclusión o prisión de 4 a 15 años (…) el que sin autorización o con destino ilegítimo siembre o cultive plantas o guarde semillas utilizables para producir estupefacientes o materias primas o elementos destinados a su producción o fabricación”
Al salir el joven no pudo evitar exteriorizar su alegría: “Siento que me volvió el alma al cuerpo. Estoy orgulloso de todo lo que se generó, del apoyo incondicional de mi familia, de mis amigos que nunca me abandonaron. Todo esto me hizo pensar que no estaba equivocado. No encuentro palabras para agradecer tanto apoyo Pero me di cuenta que no estoy equivocado. Espero que nadie más caiga preso por cultivar marihuana para consumo personal.”