
El presidente Alberto Fernández aseguró hoy que «Argentina ha vuelto a ocupar un lugar en el concierto de las naciones» a partir de su «identidad y defendiendo sus intereses», remarcó que su gestión lleva adelante una política exterior basada en un «multilateralismo cooperativo», con eje en la seguridad, la paz internacional y el respeto a los derechos humanos, y reivindicó su decisión de profundizar la relación estratégica con Brasil, ahora gobernado por Luiz Inácio Lula da Silva, a quien definió como «uno de los grandes líderes de la historia e inquebrantable amigo de la Argentina».
Al abrir el 141° período de sesiones ordinarias, el jefe de Estado hizo un balance sobre la acción diplomática de la Argentina durante sus tres años de mandato en el que ratificó otra vez la impronta latinoamericanista de su Gobierno, una mirada que dijo compartir con Lula (lo mencionó dos veces en el discurso) y junto a quien están trabajando en el fortalecimiento de ámbitos de integración como la Unasur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), subrayó.
Como lo había hecho en su discurso ante la Asamblea Legislativa del año pasado, Fernández renovó el rechazo argentino a la intervención militar rusa en Ucrania, a la que volvió a calificar de «invasión», para luego destacar los diálogos que, desde el inicio de le guerra, mantuvo con líderes de todo el mundo «buscando contribuir a la paz mundial», y las intervenciones de la Argentina en ese sentido en todos los foros internacionales.
En otro tramo de su balance, el Presidente reivindicó algunos aspectos del posicionamiento geopolítico de su gestión, como la aspiración de que la Argentina ingrese al Brics, el grupo de naciones y potencias emergentes que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, una posibilidad que abriría al país una perspectiva de mayor desarrollo económico junto a un posicionamiento más potente en el escenario global.
«Nuestro país se encuentra encaminado a integrarse en esta nueva reconfiguración internacional, que abre una gran ventana de oportunidades a la Argentina que no debemos desaprovechar», fue una de sus primeras frases al referirse a su política exterior.
Como un reflejo de la relevancia que le otorga a la cuestión internacional, la relación de la Argentina con el mundo fue uno de los primeros puntos del discurso de más de dos horas que Fernández ofreció en el Congreso.
«En estos años de gestión hemos desarrollado una política exterior basada en el multilateralismo cooperativo. Apoyamos con firmeza la paz, la seguridad internacional, la solución pacífica de las controversias, los derechos humanos», resumió ante los legisladores que ocuparon el recinto de la Cámara de Diputados, para luego hacer un repaso de la postura argentina en foros internacionales en favor de «soluciones cooperativas e igualitarias a los grandes problemas globales».
A contramano del discurso opositor que insiste con la idea de un país «aislado del mundo» producto de la política exterior encabezada por Santiago Cafiero, el Presidente sostuvo que «Argentina ha vuelto a ocupar un lugar en el concierto de las naciones», como quedó demostrado a lo largo de 2022 con su participación en foros globales, encuentros y videoconferencias con líderes mundiales como su par francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz, y hasta con el propio presidente de Rusia, Vladimir Putin, en la búsqueda de alternativas para poner fin a la guerra.
«A partir de nuestra identidad y defendiendo nuestros intereses, alzamos nuestra voz en la Celac, en el Mercosur, en la Cumbre de las Américas, en el G-20 y en el G-7. Aspiramos a ser parte de los Brics. Dialogamos con los líderes de todo el mundo buscando contribuir a la paz mundial y a la unidad latinoamericana», sintetizó Fernández al marcar sus prioridades en materia exterior.
La relación bilateral con Brasil al igual que su excelente sintonía política con el presidente Lula, con quien lo une además un vínculo de amistad, ocuparon también un lugar destacado en su balance.
En ese sentido, ubicó la estratégica relación con el gigante sudamericano como uno de los «intereses permanentes» de la Argentina, al tiempo que subrayó la contribución conjunta de ambas naciones «a la paz de la región y mundial cuando construimos un sistema ejemplar de confianza mutua a nivel nuclear».
«La Argentina tiene intereses permanentes, y mantener una relación estrecha y productiva con Brasil es uno de ellos», resaltó, y en ese punto planteó que una de las prioridades del país en su posicionamiento regional sigue siendo fortalecer y profundizar el Mercosur.
«Juntos construimos el Mercosur, un corazón que deseamos cada vez más potente en términos de comercio entre los socios y de impulso al comercio con otros países y bloques de América Latina y el Caribe», continuó.
Además, dejó en claro que hacia el futuro Argentina y Brasil «desarrollarán cada vez más todas las instancias de integración, como la Unasur y la Celac».
«Si nunca dejamos de hacerlo, incluso cuando se nos provocó para que rompiéramos el Mercosur, ¿cómo no vamos a seguir por ese camino ahora que en Brasil gobierna una coalición encabezada por uno de los grandes líderes de la historia que es, además, un inquebrantable amigo de la Argentina como el presidente Luiz Inácio Lula da Silva?», reiteró en el mismo sentido.
La definición de Lula como un líder de proyección global fue su segunda mención al mandatario brasileño: la primera fue al inicio de su discurso, cuando respondió a las críticas por su presunta «moderación» e incluso la reivindicó como un atributo personal para encarar los desafíos y dificultades que afronta cualquier gestión.
«Y fui yo, con mi moderación, el que se empeñó en que la democracia se expanda y respete en toda la región. El que estuvo al lado de Lula cuando injustamente lo apresaron. El que estuvo al lado de Evo Morales cuando un golpe de Estado le arrancó el poder que su pueblo mayoritariamente le había dado», les recordó entonces tanto a legisladores opositores como oficialistas.
Y añadió: «También fui yo el que alzó la voz para que los bloqueos económicos se terminen en nuestra América Latina y trabajó incansablemente para que el pueblo venezolano recupere el diálogo y la convivencia democrática».
El fin de los bloqueos y sanciones económicas impuestos por los Estados Unidos a países de la región como Cuba, Nicaragua y Venezuela fue uno de los reclamos permanentes que hizo escuchar Fernández en distintas reuniones internacionales, como en la última Cumbre de las Américas celebrada en en Los Angeles, EEUU.
Además, el jefe de Estado se refirió a la situación en Venezuela al recordar la intervención que él tuvo junto a Macron y el colombiano Gustavo Petro en la reanudación del diálogo entre el gobierno chavista y la oposición en el país caribeño.
Otro ítem central de la exposición fue la reivindicación de la soberanía argentina de las Islas Malvinas y el accionar de la diplomacia nacional para poner en el foco global las sucesivas violaciones del Reino Unido al derecho internacional, especialmente en las últimas cuatro décadas.
«La República Argentina reiteró su búsqueda de una solución negociada y pacífica de la disputa de soberanía, para cumplir con el objetivo irrenunciable de recuperar el ejercicio pleno de soberanía sobre esa parte de nuestro territorio que se encuentra usurpado», dijo ante la atenta mirada de Juan José Fernández, excombatiente de Malvinas, que lo escuchaba desde uno de los palcos.
«No quiero dejar de decir que nuestra democracia es también hija, como todos bien sabemos, de nuestros héroes de Malvinas. Para todos ellos y todas ellas pido un fuerte aplauso de esta Asamblea Legislativa, que hoy se reúne bajo el signo de la celebración de un logro que es de todo el pueblo argentino», destacó el jefe de Estado para reconocer a Juan Fernández y al resto de los soldados que pelearon en la guerra de 1982.
Repasó luego la acción diplomática que el país realiza en el mundo para denunciar la usurpación británica, y en ese sentido agradeció «todos los apoyos de países, regiones y foros Internacionales que se expresan en favor de la Argentina».
Respecto a las islas, el mandatario valoró también el «intenso trabajo» desarrollado en 2022 bajo el eje «Malvinas 40 años», la agenda de actividades oficiales que se llevaron a cabo en conmemoración de las cuatro décadas de la guerra del Atlántico Sur.